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¿Cuál es el Festival Madonnari Más Importante del Mundo? En el presente Storytime lo sabrás.

En el año 2010 comencé a pintar en el piso.

Descubrí que esta disciplina tiene diferentes nombres dependiendo el contexto histórico y el lugar donde se realiza.

En Italia es “madonnari” porque se pintaban madonnas en el piso de manera tradicional.

Es decir, la representación de la Virgen con el Niño.

Madonnari en español es como decir “Los Virgineros”.

Sin embargo en mi inquietud quería conocer el origen primigenio del fenómeno artístico callejero.

Descubrí que en Italia e Inglaterra tiene sus orígenes paralelos más antiguos.

Como resultado de mi investigación descubrí en resumen lo siguiente:

Historia de los Madonnari

En aquel 2010 no sabía tanto como ahora sobre el maravilloso arte madonnari.

En mi primer madonnari. Guadalajara, 2010

Lo que si supe casi de inmediato era la cantidad de festivales que se hacían en México y en el mundo.

Me decidí que quería continuar pintando en el piso, traspasando una crisis existencial artística que estaba viviendo.

También rápidamente pude darme cuenta que la referencia italiana era fuerte e importante.

Pîntando. Acámbaro, 2017

Uno de mis sueños de adolescente era ir a Europa, principalmente a París, Francia.

Me decía a mi mismo con certeza, “estaré ahí algún día”.

Sueño cumplido en 2014. Pero esa es otra historia.

Desde que me acuerdo soy curioso e imaginativo, un soñador.

Creo que desde niños tenemos esa manera en nuestra esencia y que la perdemos conforme crecemos por la influencia de nuestro entorno.

En mi caso creo que la he mantenido y desempolvado lo que estaba contaminado.

En París, 2014

Me gusta pensar en hacer posible lo que se cree imposible.

Es cuando se mete un sueño a mi mente quiero hacerlo realidad.

En mi camino como pintor callejero me sentía de nuevo un aprendiz y con sueños a crear.

Ya contaba con cierta trayectoria como artista y pintor de caballete principalmente.

Habiendo expuesto en diferentes museos y galerías.

Lo urbano o callejero no entraba en mi contexto de mi vida, incluso tenía cierta discriminación hacía el arte urbano.

En el año 2010 me creé los sueños de asistir a festivales madonnari.

Un día, investigando en internet me encontré un festival madonnari de grandes magnitudes.

Festival de Grazie, 1973

Un festival madonnari que tenía la historia viva y que era el más antiguo de todos y que ininterrumpidamente se hacía desde 1973.

Quizás la palabra antiguo nos remite a cientos de años. Es antiguo al tratarse de una disciplina poco conocida como tal.

En el inconsciente colectivo el madonnari se conoce de manera ambigua.

Por ejemplo, se desconoce hoy en día que es toda una disciplina artística, en lugar de solo pintores pidiendo dinero en las calles como alternativa de un ingreso ecónomico.

El gran festival madonnari antiguo me conmovió muchísimo al ver las fotos del evento.

Vi la cantidad de gente que asistía.

 A los artistas felices, sonriendo, con rostros de cansancio y que asistían de casi todo el mundo.

Era como un mundial de los madonnari.

Pude notar el reconocimiento y valoración que le daban a los artistas.

También lo importante que era el festival al tratarse de una tradición de carácter nacional.

Grazie, 1973. Foto: cortesía del C.I.M. Centro Italiano Madonnari

Leí que había que pintar 24 horas continuas sin dormir, comenzando a las 5 de la tarde para terminar a las 5 de la tarde del siguiente día!

En aquel tiempo mi poca experiencia que tenía, lo veía como superior, como otro nivel que no sabía si alcanzaría un día.

Me inspiraba ver las fotos y leer todo del tema.

Vi también fotos de la ceremonia de premiación y como los artistas recibían sus medallas.

Me decía a mi mismo, wow! Que bello que los artistas reciben tal reconocimiento.

¡Que honorable!

Nicolino Picci – Ganador del primer festival madonnari de la historia. 1973, Grazie, Italia

Mi pensamiento aún era limitado, mediocre en ocasiones. Sin dejar de ser soñador.

Vi muchísimas fotos y recuerdo que ya era de madrugada.

Dure horas viendo diferentes artículos y páginas que hablaban del evento.

Cabe mencionar que para ese año no había mucho información como ahora.

Las horas pasaron porque investigaba profundamente el evento en casi toda la red.

Quedé maravillado del ambiente que se transmitía en las imágenes que veía.

Grazie, 1980. Cortesía del C.I.M. Centro Italiano Madonnari

Me fui a dormir con preguntas en mi mente:

¿Qué se sentirá estar en ese festival madonnari?

¿Qué se sentirá recibir una medalla por tu arte?

¿Qué se sentirá pintar 24 horas seguidas sin dormir, si ya era cansado, ahora sin dormir?

¿Qué se sentirá estar ahí en el ambiente que parece ser una mega fiesta del madonnari?

¿Qué se sentirá…?

De esta manera descubrí que existía el Incontro Nazionale dei Madonnari.

Y que forma parte de la Antichissima Fiera Delle Grazie en el poblado italiano de Grazie di Curtatone de la provincia de Mantova, en Lombardia.

El festival madonnari más importante del mundo.

Grazie, 1973. Primera premiación.

Mientras mi sueño lo veía lejano me enfoqué en aprender más sobre la técnica y participar en los festivales mexicanos.

Descubrí que los sueños los podía hacer realidad si creía en mi.

Comencé un camino de desarrollo espiritual y personal que paso a paso fui abriéndome camino y creando mis oportunidades.

La primera ocasión que fui a Europa fue en el 2014 y después en 2016.

Ambos viajes fueron la expansión necesaria para mi ser.

Fueron viajes de un crecimiento personal y espiritual.

Pintando en Sens, Francia. Foto: SÇbastien Corberon, 2016

Llegó el año 2017.

El año parecía el indicado para asistir al festival madonnari.

No existía una convocatoria masiva, sino muy local.

Y solo los que sabían del festival por haber asistido conocían bien las fechas de inscripción.

Preguntaba a colegas y el hermetismo era tal que hasta parecía una leyenda cómo inscribirse al evento.

Siempre curioso, decidí investigar más por mi cuenta.

Encontré un correo electrónico y con los nervios en mis manos escribí para pedir informes de cuándo comenzaban las inscripciones y qué requisitos había.

Recuerdo que en el correo anexé imágenes de mis obras pintadas en el piso.

Me temblaban las manos tan solo escribir un correo que quizás para muchos podía ser de lo más sencillo!

Era por lo que significaba para mi.

A los pocos días recibí contestación.

Tan solo ver en la bandeja de entrada el “RE:” mi corazón se aceleró.

¿Qué me habrán contestado?

Abrí el correo y leí el mensaje que en resumen decía:

“no hay fecha de inscripción, no hay convocatoria oficial, me encantó tu arte y estás dentro desde este momento, te esperamos en Grazie”

Escribí para preguntar cuándo y cómo y me habían respondido, ¡Sí!

Me llené de alegría! Estaba cerca de cumplir un sueño que años atrás había visualizado.

Conocí a Raffaella Marastoni, quien me contestó el correo y gracias a ella pude completar mi investigación sobre el arte madonnari en el 2018.

En esta ocasión viajaría solo.

La situación me ponía nervioso. Viajar a Europa implica varias cosas, no difíciles ni imposibles.

Sino plena atención a todo. Hay que estar consciente de todo lo que sucede y ocurre.

Llegué al aeropuerto de Guadalajara, México.

Estuve tranquilo en la sala de espera. Todo ordinario como los viajes que ya había hecho dentro del país hacía otro estado.

Lleno de emoción, feliz, contento hacía donde iba.

Cuando comenzamos el abordaje también estuve tranquilo.

Selfie en el avión de Guadalajara, 2017

Al entrar a la pasarela de acceso del avión me invadió una sensación extraña.

Una especie de miedo. Me detuve un poco dejando pasar a las personas.

Me llegaron muchísimos pensamientos al instante:

“iré sólo, si me pierdo”, “si pierdo un tren”, “si me asaltan”, “si me enfermo” “voy al festival de Alemania y si pinto mal”, “voy al festival de Grazie, y si no termino la pintura”.

Y una lista extraña de pensamientos que antes no habían pasado por mi mente.

Me dio ansiedad, miedo y ganas de llorar.

Respiré profundamente, me conecté y volví a mi centro.

Me dije a mi mismo, vámos que me espera el éxito!

En las alturas, 2017

Fue un vuelo tranquilo. Llegué a Toronto y posteriormente a París.

Fue el día en que Conocí a Alejandro Jodorowsky en París.

Me fui a Ámsterdam, de ahí a Alemania y pinté en el Street Art Festival de Wilhelmshaven (esta es otra historia).

Luego llegué a Aachen con un amigo de la universidad que no veía hace años y de ahí a Florencia.

Me enamoré de Florencia y tras varios días tocaba ir a Grazie di Curtatone.

En Alemania, 2017

Desde México reservé un Airb&b en Mantova.

Mantova es la capital de la región de Lombardía. Ciudad grande.

No existen trenes directos a Grazie que recuerde. Es por eso que me hospedé en Mantova.

Incluso no sabía cómo iba a llegar a Grazie, debía descubrirlo por lo que llegué un día antes del evento.

Por poco pierdo un transbordo de tren entre Florencia y Grazie.

Gracias a unos oficiales me ayudaron a tomar el anden y dirección correctos.

Incluso un señor al verme muy cargado con mi mochila me cedió su asiento.

Me encanta viajar en los trenes por Europa, 2017

Y llegué a Mantova.

De nuevo una sensación extraña me invadía. Estaba cerca del sueño. A 20 minutos de distancia y un día.

Esta vez la sensación extraña era positiva.

Caminé hacía mi hospedaje porque me gusta conocer las ciudades caminando y las europeas son bellas!

Mantova, 2017 | Foto: René Linares

Me encontraba cansado ya que fue intenso el viaje de Florencia a Grazie.

Pensaba ir a conocer el Museo dei Madonnari al cual llegué temprano para poder ir y regresar.

Me ilusionaba saber qué albergaría el museo.

Las personas que me hospedaron pudieron darme indicaciones de cómo ir a Grazie, era sencillo.

Abordar un autobús que sale cada cuarenta minutos o algo por el estilo.

Guardé mi equipaje, fui a los autobuses y mi sorpresa fue que era día festivo y no había salidas!

Había que ir en bicicleta por la ciclovía y rentarla, pero tampoco trabajaron para rentar bicicletas.

Además no sabía andar en ella.

Mantova, 2017 | Foto: René Linares

Tenía un gran anhelo de conocer Grazie, ir al museo, recorrer la explanada y entrar al santuario.

Grazie es un pequeño poblado que según Wikipedia solo tiene 616 habitantes.

Es básicamente una calle para un lado y otra calle para otro lado.

En el centro una explanada y al fondo el Santuario de Santa María de Gracia.

Por lo que a mi llegada a Mantova mis planes cambiaron y mi día lo dediqué a conocer un poco la ciudad.

Comí una deliciosa pizza. Mantova, 2017 | Foto: René Linares

Al siguiente día me levanté temprano para poder llegar a Grazie por la mañana.

Preparé mis gises y el material que necesitaría.

Sabía que no iba a llegar a dormir por lo que solo llevé mis materiales.

Me vestí con la ropa que suelo usar en los últimos festivales. Mi pantalón guatemalteco, huaraches y una playera de algodón cómoda.

Me dirigí a donde salían los autobuses.

Hasta tome foto de las salidas. Mantova, 2017

El autobús al acercase al punto donde tenía pensada mi bajada, no se detuvo.

Debido a que estaba en reparación la carretera justo en ese punto.

Pensé, me bajo en la que sigue.

Pero la parada siguiente era casi otro poblado.

Me asusté y le pedí me bajara donde se pudiera pronto.

El punto donde me dejó el autobús. Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Me llevó media hora de caminata para regresarme a Grazie.

Lo cual fue bueno porque el paisaje era muy bello.

Caminé entre campo y vegetación y llegué a un caminito que era la ciclovía que llegaba hasta Mantova.

Entré por una calle donde el tiempo estaba detenido.

La callecita por donde entré a Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Y como si hubiera cruzado un portal llegué a la gran explanada del Santuario de Santa María de Gracia.

Me detuve a admirar el lugar.

¡Al fin había llegado al lugar que solo conocía en fotos!

Mi emoción desbordada por llegar ahí no la sentía. Se transformó ahora en serenidad y calma.

Estoy aquí, en lo que ahora puedo llamar la cuna del madonnari moderno.

Llegué. Grazie, 2017

Es aquí, me lo repetía en mi mente. Llegamos.

Identifiqué todo lo que había visto en internet.

El santuario, la explanada, el museo, las calles…

Caminé alrededor de la explanada y entré al santuario.

Di gracias por haber llegado hasta aquí como lo hacen los peregrinos.

Desde mi país me sentí un peregrino todo el camino.

Había llegado y era momento de conectar con la historia del madonnari.

Santa María de Gracia dentro de su Santuario. Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Fui a realizar mi registro al museo.

Ya estaba preparado mi espacio.

Mi registro. Grazie 2017

Me indicaron sobre el área de acampar para los madonnaros que no tuviéramos hospedaje.

Me dirigí hacia el lugar para apartar un catre y tener al menos un espacio donde descansar la madrugada si fuera necesario.

Vi un letrero que indicaba el lugar.

Área de campamento para los madonnaros. Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Dejé una mochila donde cargaba mis gises solo para indicar que ya estaba ocupado.

Me encontré a algunos colegas que había conocido en Alemania y nos saludamos.

Regresé a la explanada y fui directo al museo.

Centro Italiano Madonnari. Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Me sentí viajar al pasado y conectar con las raíces del madonnari.

Si bien el museo cuenta con objetos y fotografías desde que inició el festival madonnari, es una mirada al pasado invaluable.

La carretilla de Stracceto. Museo dei Madonnari. Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Recorrí el pequeño poblado de Grazie.

El Incontro Nazionale dei Madonnari forma parte de la Antichissima Fiera Delle Grazie.

La feria existe desde que el santuario fue construido, es decir, desde el siglo XV.

Es una de las ferias más antiguas de Europa y donde peregrinos acuden cada año a las fiestas patronales como les decimos en México.

El motivo, Santa María de Gracia.

Grazie, di Curtatone, 2017 | Foto: René Linares

Algo interesante es que mi universidad, donde estudié mi licenciatura en artes, fue el convento de Santa María de Gracia.

Ya existía una conexión mística desde antes.

Se dice que a la feria acuden alrededor de cien mil personas.

La feria es de una semana y el encuentro madonnari es el cierre de la feria.

El asfalto del santuario esperando a los artistas. Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Me encontraba ansioso por comenzar.

Ahora ya me encontraba en el lugar. Mis sentidos estaban agudizados, lo recuerdo bien.

Podía sentir la luz del sol entrar en mi piel, el aroma del poblado que está cerca del río.

El sonido del bullicio de las personas, el altavoz dando sus anuncios.

Podía sentir el viento ligero que en momentos llegaba, la dureza del asfalto.

Estaba viviendo mi sueño y cuando vives tus sueños, los sientes en todo tu ser.

Me senté bajó la sombra de un árbol e hice el estudio del rostro del personaje que iba a pintar.

Boceto del rostro que estaba por pintar. Grazie, 2017

La hora de comienzo era a las 5 de la tarde.

Ya estaba mentalizado.

Había comido y me prepararé con snacks y bebidas. No imaginaba lo que me esperaba.

Cada vez llegaban más artistas, más visitantes. La fiesta comenzaba.

Dieron las 5 de la tarde.

Festival Madonnari
Fresquecito para empezar. Grazie, 2017

Me encontraba en mi lugar.

Me conecté, realicé alguna oración, pedí permiso a la tierra, una meditación y reuní toda la energía que pude porque sabía que no dormiría y comencé.

La explanada ya estaba llena de artistas y personas.

Al poco tiempo nos llaman para hacer la inauguración, o mejor dicho La Bendición de las Tizas.

Festival Madonnari
«La benedizione del gessetti». Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Es una ceremonia que marca el inicio para pintar. Autoridades de la iglesia y gobierno presiden la bendición.

En una gran canasta hay varias tizas que son bendecidas.

Una vez terminada la ceremonia podemos tomar una que son símbolo de la suerte y éxito.

Esta ceremonia me encantó, realza lo sagrado que es el madonnari.

Comencé a pintar.

Festival Madonnari
El inicio. Grazie, 2017 | Foto: René Linares

El tamaño del espacio era de 2.5 x 3 metros, el más grande que había hecho hasta entonces.

El calor era bastante intenso. No había sentido un calor tan intenso en un festival.

Era tan intenso que decidí quitarme la playera.

Nunca lo había hecho antes y hasta el momento ha sido el único lugar donde sentí esa necesidad.

Me quedé con una camiseta ligera. Mi playera la perdí.

Comenzó a atardecer y sentí mucho placer que el clima refrescaba.

Festival Madonnari
Foto oficial del evento: Enrique Ramos Quintanilla. Grazie, 2017

Llegó la noche.

Me sentía con poco avance. Ketty Grossi amiga madonnara, me dio el consejo de que esta era la mejor hora para pintar.

Sus palabras fueron algo como:

“Ahora que llegó la noche pinta y pinta todo lo que puedas. Si puedes aventajar más de la mitad mucho mejor. Porque mañana todo el día es calor abrasador.”

Seguí su consejo, comí algo, me hidraté y retomé más energía.

Me di un ligero descanso de 20 minutos.

Algo que me pareció maravilloso es que durante la noche y madrugada cada hora se tocaba una campana para animarnos.

No recuerdo si también en el día.

Es en homenaje a Stracceto. Considerado el último auténtico madonnaro y que había fallecido años antes.

Animaba con su campana a los artistas en Grazie. Pintó 30 años consecutivos en el festival, toda una leyenda.

Retomé. Se hicieron las 5 am.

Festival Madonnari
Llegó la noche. Grazie, 2017 | Foto: René Linares

El cansancio comenzaba a sentirlo en mi cuerpo.

Había pocos artistas pues la mayoría descansaba. Otros durmiendo en el piso de su espacio.

Y comencé a pintar dormido. Me di cuenta porque casi me iba boca abajo y reaccioné.

Decidí dormir, eran las 6 am.

Llevaba 23 horas despierto contando desde la hora en que me levanté para llegar a Grazie.

Puse mi alarma a las 7 am, me levanté 7:30 am y fui directo pintar. Dormí poco más de una hora.

Ya había amanecido y el calor llegaba. Sudaba y sudaba. Tomaba mucha agua mineral.

Sentía que estaba corriendo un maratón. No lo he hecho, aunque creo que así se siente.

Festival Madonnari
Nótese la intensidad de la luz del sol. Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Siento mi cuerpo y mente rendirse. Siento delirar.

Por instantes siento ligeros mareos y el pensamiento de mejor hasta aquí lo dejo.

Lo único que me hace estar lúcido es el amor de estar pintando.

Mi espíritu que me brinda la energía extra para continuar.

Las personas nos motivaban. Nos decían palabras para no rendirnos y continuar.

Casi todos los artistas estábamos en las mismas condiciones físicas y mentales. Se percibía en nuestro rostro.

Algo que me daba mucha energía tan solo de pensarlo era recordar que estaba viviendo mi sueño.

Así se siente, René. Recuerdas cuando te lo preguntabas?

Era mi dialogo interno y me daba más energía. Recordándome que estaba viviendo mi sueño.

Alrededor de las 3 pm paso el jurado. Se detenían en cada obra haciendo sus anotaciones.

Festival Madonnari
Se rieron de los bigotes de mi personaje. Grazie, 2017

Por lo que pude percibir se hablaba del jurado con respeto. “Ya viene el jurado”.

Estuvieron un rato conmigo.

El fotógrafo oficial del evento resultó ser latino, Enrique Ramos Quintanilla.

Comenzó a capturar los avances finales de las últimas dos horas.

Ya había pintando un avance considerable, como el 90%.

Enrique Ramos me dice sobre la pintura con gran entusiasmo y como lo recuerdo:

“¡Me encanta hermano! Sabes, vas a estar allá arriba (refiriéndose al escenario de premiación), yo lo sé y te voy a tomar unas fotos cuando recibas tu premio porque lo que estás pintando, te merece que estés allá arriba

Esas palabras parecían las de un coach diciéndole a su deportista que siga porque está cerca de la meta.

Respiré profundamente, me volví a conectar con la tierra y las últimas dos horas fueron intensas.

Terminé faltando 15 minutos a las 5 pm.

Festival Madonnari
Al poco tiempo de terminar. Foto: Sonia Zululu. Grazie, 2017

Recogí mis cosas, dejé el espacio limpio y la adrenalina no bajaba, no era momento de descanso, algo contrario a lo que se podría pensar.

Estaba contento de haberlo terminado en tiempo y forma.

Estaba dispuesto a ponerme mi playera, fue ahí cuando me di cuenta que no supe donde había quedado.

Fui al área de camping para ducharme, eso si que me haría mucha ayuda.

Eran duchas móviles e hice fila.

Ya varios madonnaros estábamos formados para dejar caer por nuestro cuerpo agua que sin duda lo necesitaba.

Me ayudó a relajar mi cuerpo y tener más claridad mental.

Sin embargo la adrenalina era algo que se mantenía y es porque faltaba la premiación.

Festival Madonnari
Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Tuvieron que pasar dos horas más para que el momento llegara.

Mientras tanto caminé un rato más por Grazie y ya cercana la hora me encontré con otros dos amigos mexicanos que también se encontraban en el festival, César Pollack y Aldo Ortiz.

Sonia Zululu nos acompañaba, agradable chica italiana que conocimos y que nos estuvo “hechando porrras” a los mexicanos.

En diversos momentos nos llevó varias bebidas hidratantes, algo que se agradece bastante cuando estas inmerso pintando madonnari.

Festival Madonnari
Grazie, 2017 | Foto: René Linares

La premiación finalmente llegó.

Se entregan primero alrededor de 20 premios simbólicos, algo parecido a menciones honoríficas.

Pasando los 20 premios llegan los premios “mayores” por decirlo de alguna manera.

Son los llamados “premios especiales” y después lo premios de primer, segundo y tercer lugar de cada categoría.

Son 3 categorías: semplici, qualificati y maestri.

Me encontraba en la categoría de semplici, que es la básica cuando es tu primera participación en Grazie y se mantendrá hasta ganar y subir a otra categoría.

Festival Madonnari
Grazie, 2017 | Foto: René Linares

Al llamar al artista premiado se habla sobre su pintura.

Lo que el jurado calificó de la misma y mencionando el nombre del artista.

Por último se le invita a subir al escenario para la entrega de su medalla.

Todo un ritual.

Y con cada artista tranquilamente, dando el espacio y tiempo a cada uno, lo cual me pareció algo totalmente admirable del festival.

Ya estaba atardeciendo. La larga lista de los 20 artistas terminó.

Festival Madonnari
La Creazione con Amore. La reproducción que hice de una iglesia ortodoxa con variantes personales. Grazie, 2017

Entre mis amigos mexicanos y yo, no entendíamos muy bien la premiación del momento.

Por lo que al ver que ya pasaron muchos y no nos tocó medalla, entendimos que ahora que venían los premios “mayores” sería más complicado recibir un premio.

Fue un instante de ligero desanimo cuando comienzan a describir la primer obra ganadora de los premios especiales.

Escuchamos con atención y lo que podíamos entender.

César Pollack se dirigió a mi y me dijo algo como: “¡wey, es la tuya! ¡es la tuya!”

Me sentía confundido y casi al terminar la descripción de lo que el jurado calificó, proyectaron en la pantalla gigante la foto de la pintura que hice.

Festival Madonnari
Mi pintura en la pantalla. Grazie, 2017

Sonia, César y Aldo muy emotivos como porra mexicana me alentaron a ir al escenario y que escucho mi nombre.

«René Linares, Premio Espeziale a la Creativitá«

No tuve tiempo de asimilar lo que ocurría, solo fui feliz al escenario.

Levanté mi mano para que observaran que iba en camino.

Enrique Ramos Quintanilla me esperaba para las fotos, “te lo dije hermano” me comentó.

Capturó con su cámara como de película los mejores momentos de mi vida cómo artista hasta entonces.

Festival Madonnari - René Linares
Recibiendo la medalla «Premio Espeziale a la Creativitá». Grazie, 2017

¡Todo fue tan rápido!

Pero al igual que en las películas emotivas e inspiradoras, el tiempo sí se detuvo.

Miré hacía la multitud. El santuario de fondo. Estaba atardeciendo.

Muchas cámaras sobre mi, las luces de los reflectores, muchísimas miradas sonrientes aplaudiéndome.

Pasaron por mi mente un sin fin de recuerdos a la velocidad de la luz.

Festival Madonnari - René Linares
Recibiendo la medalla «Premio Espeziale a la Creativitá». Grazie, 2017

Me vi de niño dibujando aquel elefante con el que hice mi primer exposición a los 8 años.

Todas las veces que me frustraba por aquellos dibujos y pinturas que no me quedaban y pensaba abandonar todo.

Mis primeras exposiciones como pintor entusiasmado para lograr exponer alguna vez en Europa.

Las veces que se cerraron puertas.

Mi primer madonnari con mi hermana cuando me sangré los dedos .

Y donde aprendí que el ego y el orgullo no me llevarían a un siguiente nivel.

Fue el día en que decidí que cambiaría mi vida.

El día que aprendí que yo era el creador de mi vida y que crearía cosas extraordinarias.

Fracasos, noches de lágrimas, traiciones, frustraciones, tristezas, alegrías, triunfos, sonrisas…

Todo en un instante y más pasó por mi mente.

Observé de nuevo la multitud de gente y el Santuario enfrente de mi.

Festival Madonnari - René Linares
Recibiendo la medalla «Premio Espeziale a la Creativitá». Grazie, 2017

La historia del madonnari que tanto estudié me estaba abrazando.

«Me decía, bienvenido a mi casa, ya eres parte de ella, esta es tu casa también»

Recibo mi medalla, agacho mi cabeza como si de un caballero del Rey Arturo se tratase y recibo lo que considero mi iniciación.

Era un iniciado en el arte madonnari y me tomé en serio el nombramiento.

Ahora era parte de la historia que tanto había leído.

Mi nombre se escribía al lado de tantos nombres en la historia del madonnari.

En el Festival Madonnari más importante del mundo.

Era un honor.

Parecía un reseteo, un renacimiento. Había vuelto a nacer.

El sueño se había hecho realidad.

Festival Madonnari - René Linares
Io Madonnaro. Foto: Sonia Zululu

Bajé del escenario, celebré con mis amigos y al poco tiempo ellos también fueron premiados.

Sumándonos a la lista de los pocos mexicanos premiados en Grazie.

Ya era de noche.

Al día siguiente debía tomar un tren a las 5 am para mi última parada del viaje: Roma.

El transporte en Grazie se terminaba muy temprano.

De alguna manera debía regresar a Mantova esa noche.

Entonces todos los artistas nos dispersamos.

En mi caso fui por un incentivo económico del que todos los artistas fuimos beneficiados.

Pregunté a algunas personas si podían llevarme a Mantova, muchos iban a festejar, otros a dormir, otros no iban a aquel rumbo.

Pensé, bueno me iré caminando, tal vez haga dos horas.

Pedí al universo que me enviará a alguien que pudiera llevarme.

Justo en la fila formado para recibir mi incentivo voltea la persona frente a mi, me saluda y felicita en español.

Conocí a mi amiga Sandra Abdolhay. Artista Argentina con varios años viviendo en Italia.

Comenzamos una gran charla. Fue ella, su hijo y su esposo quienes me llevaron a Mantova.

Hecho del que sigo estando agradecido.

Tocaba regresar a Mantova. Ciao Grazie. 2017 | Foto: René Linares

La adrenalina seguía viva porque pensaba en que había dormido poco y era importante estar a las 5 am en la estación del tren para ir a Roma.

Llegué a mi hospedaje en Mantova y era tiempo de preparar mi equipaje.

Un detalle importante es que por la tarde las personas que me hospedaron fueron hasta Grazie a llevarme las llaves del cuarto.

Ya que ellos no iban a estar la noche que yo regresaría y confiaban totalmente en mi, por el simple hecho de que era un madonnaro.

Porque en Mantova ser madonnaro es algo muy especial.

No recuerdo porqué tardé tanto en hacer el equipaje si tan solo llevaba conmigo lo esencial, además de una playera menos.

Me acosté a las 2 am.

Desde entonces sigo sintiendo el calor del sol en mi cuerpo. Grazie, 2017 | Foto: Sonia Sululu

Fue básicamente una siesta porque que me levanté a las 4 am, me bañé y salí hacía la estación del tren.

Fueron 30 minutos caminando hasta la estación.

Llegué faltando 5 minutos a las 5 am.

Faltando un minuto a las 5 am llegó el tren.

Lo abordé y varias personas dormidas, otros leyendo un libro o el periódico.

Y solo unos cuantos en el celular.

Me senté, me relajé. La adrenalina parecía ahora si estar bajando.

Fue hasta ese momento cuando saqué la medalla para observarla con detenimiento.

Leer qué decía, ver el diseño y sentir el material.

Nuevamente a la velocidad de la luz llegaron a mi mente los pensamientos y recuerdos que tuve en el escenario.

Está vez pensé más en las personas que me han apoyado en toda mi vida, familiares, amigos, mi pareja…

Me invadió una gran emoción y lloré.

Lloré y lloré. Me desbordaba la emoción que por la adrenalina me di cuenta no pude asimilar en la premiación.

Envolví el listón de la medalla en mi mano y me quedé dormido.

En las últimas 46 horas, solo había dormido 3.5 horas.

Y lo valió cada segundo… Grazie

Foto que tomé en el tren rumbo a Roma, pocos momentos antes de quedarme dormido. 2017

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Otra de mis anécdotas:

Experiencia Madonnari | Mi Primer Vez ¿Cómo fue?

El Mejor Pintor de México | Anécdota

Historia completa del Arte de los Madonnari en video:

Ligas de Interés:

Primer Directorio Mundial de Madonnari

Tizatlán Madonnari – El Lugar de la Tiza

https://en.wikipedia.org/wiki/Street_painting

Gracias por tus comentarios!