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«Jodorowsky me leyó el Tarot» Me dije felizmente dentro de mi.

Fue el 2 de agosto del 2017.

Ya tenía mi itinerario de ese día.

Llegar muy temprano al aeropuerto de París, disfrutar un poco del distrito donde se encuentra la Torre Eiffel y alrededores…

Sin embargo el vuelo se retrasó varias horas y tuve que ir directamente a resguardar mi equipaje y comprar un boleto de autobús hacía Ámsterdam porque esa misma noche partía.

Es decir, solo llegué a París de paso.

Y así fue, una vez asegurado mi boleto de autobús y guardar mi equipaje me dirigí caminando hacia el café “La Promenade”. Elegí caminar para disfrutar las bellas calles parisinas que me tienen enamorado.

Partí de la Gare de Bercy y por la Rue de Bercy, seguí por el túnel de la Rue de Rambouillet y así después por callecitas…

Me detenía en momentos a tomar fotos.

Túnel de la Rue de Rambouillet, Paris | Foto: René Linares

Alejandro Jodorowsky está los días miércoles a las 4 pm.

Mirando la hora me di cuenta que podía llegar a tiempo.

Un año antes estuve  varios días en París, sin embargo no pude darme el tiempo para asistir, solo tuve un miércoles y perdí la oportunidad esa ocasión.

París, 2017 | Foto: René Linares

Y esta vez solo tenía unas horas y era miércoles… desconocía si iba a presentarse por lo que pensé, “al menos me quedo a comer en el café”.

Arrivé 15 minutos antes, ordené una ensalada y una bebida. Desde que llegué no había comido más que algunas semillas y galletas.

En cuanto ordené me dieron un papel y bolígrafo para escribir mi nombre, me dijeron que ya no tardaba en llegar Alejandro y cualquier persona que pida consumo tiene derecho a participar en el sorteo para una lectura del tarot con él.

Claro, todo me lo dijo en francés, aunque yo no sé, eso le entendí jaja

Selfie en el café “La Promenade”, mi rostro de cansancio

Escribí mi nombre lo más claro que pude y lo metí a una copa de metal grande, como la que se ganan los futbolistas, ya no la recuerdo con exactitud. ¿O era una ensaladera?

Ya había muchos papelitos.

Una vez hecho esto, llegó mi ensalada y en verdad tenía mucha hambre. Me senté cerca de la barra y me concentré en mis alimentos.

Poco a poco el café quedaba pequeño, llegaban y llegaban personas hasta que se abarrotó. La idea que se podía ver en cualquier momento entrar a Jodorowsky ya no funcionaba.

El murmullo comenzó a crecer y recuerdo que cuando entré había una zona de mesas “reservada”, pensé dentro de mi “ahí va hacer las lecturas”. Esa zona la perdí de vista con tantas personas.

Algunas personas riéndose fuerte, en realidad eran compatriotas latinos de Sudamérica ya que identificaba a lo lejos hablando español.

En un momento comencé a escuchar que alguien gritaba nombres como sacando las cartas de una lotería. Los repetía hasta tres veces, sino respondían pasaban al siguiente.

En ese momento me alce un poco de puntas y pude ver a Alejandro sentado en la zona que antes había visto de reserva. ¿En qué momento entró?

Tranquilo y vestido de negro en el centro.

Jodorowsky me leyó el Tarot
Esperando mi turno

Al verlo me sentí nervioso por un momento y darme cuenta que era por sorteo mis probabilidades parecían casi nulas. Solo elegían a 5 personas. Y seguramente el número se acercaba a las cien personas o más!

Me volví a sentar a degustar mi ensalada y masticando un puño de lechugas en mi boca escuché mi nombre Rrrené! Rrrené! Como en París si hay más de un René seguí masticando, hasta que dijo Rrrené Linarrres! Brinqué alzando la mano porque como ya me habían hablado no fuera a perder mi turno.

Me acerque entre el tumulto y me abrieron camino, ya solo faltaba yo para cerrar la mesa. Alejandro me miró y con voz serena me preguntó “eres tú?”, “Sí”, “Siéntate”.

Tomé asiento y la dinámica consistía en que conforme estábamos sentados nos rotábamos. Quedábamos frente a él y después nos recorríamos. Se tomaba el tiempo para hacer una lectura bien, sin prisa, no era una “probadita”, en realidad era una auténtica lectura.

Traía consigo su tarot y como un libro forrado de tela color morado que a su vez servía de soporte para hacer la lectura.

Las personas que visitaron el café eran unos espectadores que se volvieron cómplices de los temas personales que escuchaban de cada uno de nosotros.

Alejandro nos hablaba en español y francés ya que habíamos varias personas latinas.

Jodorowsky me leyó el Tarot
En el espejo se puede ver un poco de las personas que asistieron

Fui paciente para esperar mi turno, fui el penúltimo.

Atento escuchaba lo que decía, cómo leía el tarot, se percibía una experiencia de un viejo sabio que incluso ya con verte fijamente podía leerte cartas sin siquiera sacarlas.

Parecía saber qué querías preguntar, él mismo leía nuestro lenguaje corporal, nuestra voz, nuestras miradas y eso eran complementos para la lectura.

Jodorowsky me leyó el Tarot
Los asistentes estuvimos muy atentos a sus palabras, nos identificábamos con las otras historias

En momentos sabía cual carta iba a salir, con toda seguridad decía “tienes esta carta y este tipo de lectura, vamos a sacar otra carta y como tienes esa y otra carta la carta que te saldrá es  tal” y efectivamente sacaba la siguiente carta y era la que mencionó.

Se escuchaba el “wow” de los presente, sí, también era un espectáculo.

Tocaba mi turno.

Ya relajado me senté frente a él me preguntó por mi nombre y de donde venía. Le dio gusto que le dijera de México, “de qué parte” me preguntó, pero con ese tono que los mexicanos preguntamos a otro mexicano.

“Guadalajara”, “oh que bien” me contestó.

“A que vienes a París” me preguntó. “A verte a ti”, le contesté.

Jodorowsky me leyó el Tarot
Jodorowsky comienza mi lectura con diversas preguntas

Risitas de los espectadores se escucharon. Mirándome tranquilo y fijamente me preguntó “cómo es eso”.

Le dije, “hace unas horas llegué a París desde México. Hoy por la noche salgo hacía Ámsterdam. Mi vuelo se retrasó y mi plan de estar aquí en París unas horas era venir a verte y tener la posibilidad de que me hicieras una lectura de Tarot”.

Las “risitas” de los espectadores cambiaron a un murmullo entre ellos y varios “wow”.

Alejandro quedó pensativo con mis palabras, sabía que no era una broma o un cliché de mi parte.

Con diversas preguntas comenzó mi lectura… al parecer fue de las más interesantes por los temas que desarrollé con él.

Me reservo compartir el contenido de la lectura, quizás un día lo haga. Sin embargo a dos años de distancia, continuo trabajando en algunos temas desde aquella lectura. Es un proceso que lleva su tiempo.

Sin embargo te puedo compartir que mientras me hacía mi lectura, en los espectadores hubo muchos “wow”, carcajadas, risas, alegría, aplausos…

Al final de mi lectura Jodorowsky me dijo, “Ya está, tienes la tirada perfecta ve y conquista al mundo” o algo, quizá lo estoy exagerando.

Jodorowsky me leyó el Tarot
Al final nos «regalo» una carta extra, si mal no recuerdo me tocó «El ermitaño»

La tirada perfecta consiste de acuerdo a sus palabras es cuando las cartas te salen en el orden que están acomodadas.

Pero principalmente cuando te sale la primer carta que es “El Loco” y la última “El mundo” y lo que sale entre ellas es tu vida y más temas que se desarrollan. Se hace un cierre de inicio a fin en tu desarrollo personal, en este caso, el mío.

En la noche regresé a la Gare de Bercy para tomar mi autobús a Ámsterdam. El cual también se retrasó como tres horas! Sin embargo me di cuenta que el día había sido y seguía siendo perfecto…

El autobús a Ámsterdam llegó como a la 1 am.

Contento con mi lectura y la guía que recibí, marcó el inicio de mi aventura europea ese 2017. Gané premios en dos concursos internacionales de madonnari en Alemania e Italia. Cerré mi viaje en Roma, haciendo un acto psicomágico que me “recetó” Alejandro en el Vaticano!

Por último, después de la lectura charlé con unos compatriotas y uno de ellos me dijo “es decir, vienes de México y llegaste hace unas horas, nunca antes habías venido a ver a Alejandro y cuando vienes te toca la fortuna de que te lea el tarot y hoy mismo en la noche te vas a Ámsterdam y yo que tengo varias semanas vengo cada miércoles y no me ha tocado!” sí, fui un afortunado.

Conociendo amigos

P.D. Gracias a Laura Matus y demás personas que me compartieron las fotos ya que no pude tomar algunas en el café.

P.D. ¿Te gustaría que contara otra anécdota? hazme saber en un comentario, gracias por leer hasta el final.

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Otra de mis anécdotas:

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Gracias por tus comentarios!